Se fue a rojo: recaudación por impuesto verde no alcanza meta y cae 12% en 2019

El menor dinamismo del sector automotor y la incertidumbre que produjo la crisis social iniciada el 18 de octubre pasado tuvieron efectos relevantes en las cuentas fiscales, especialmente respecto al denominado "impuesto verde" que incluyó la reforma tributaria de 2014.

Según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), las ventas se redujeron 10,6% el año pasado. Aquello significa que se comercializaron 372.893 automóviles en el período, lo que además de estar por debajo de las 417 mil unidades vendidas en 2018, es menor a las 390 mil que se habían proyectado a comienzos de año. Esto, en línea con una economía que si bien transitaba en una senda de desaceleración desde el segundo semestre del 2019, acusó un fuerte impacto en la actividad producto de las situaciones de violencia que se iniciaron a partir del 18 de octubre pasado, por lo que se estima que el PIB habría crecido un 1,2% en el ejercicio.

Y, a la luz de lo anterior, se redujo la recaudación por el tributo a la venta de vehículos contaminantes nuevos, según corroboran los datos de la Tesorería General de la República. De hecho, los ingresos fiscales producto del gravamen bajaron 12% entre enero y diciembre del año pasado respecto al mismo período de 2018. Así sumaron US$ 75,3 millones ($ 61.796 millones).

De esta manera, en 2019 no se logró la meta de recaudación esperada por el gravamen. El informe financiero de la reforma tributaria del 2014 fijó como meta que cada año el impuesto a los vehículos contaminantes motorizados implicaría ingresos por US$ 85,1 millones ($ 69.829 millones) por ejercicio.

En los dos primeros años de implementación del tributo, no se logró la meta esperada, ya que en 2015 ingresaron US$ 49,1 millones (más de $ 35.000 millones) por este concepto, mientras que el ejercicio siguiente ingresaron US$ 67,4 millones ($ 48.900 millones).

Esto, en medio de una fuerte desaceleración del crecimiento económico, que en el período promedió bajo el 2% por año, en línea con el fin del ciclo alcista de las materias primas.

Para los últimos dos años, en tanto, comenzó a repuntar la actividad y se alcanzó "con lo justo" la meta del informe financiero. Así, en 2017 la Tesorería recaudó US$ 90,3 millones (más de $ 64.320 millones), mientras que en 2018 los recursos derivados del tributo totalizaron (US$ 98,1 millones) $ 69.884 millones. En la segunda parte de 2017 la economía se recuperó con fuerza, mientras que en 2018 el PIB creció a su mayor tasa en cinco años, al avanzar 4%.

¿Cómo funciona?

El impuesto se aplica por una sola vez a la compra de automóviles nuevos, livianos y medianos para uso particular, mientras que quedan exentas del pago las adquisiciones de camionetas y furgones utilizados como vehículos de trabajo.

Los taxistas podrán solicitar la devolución de este impuesto que se calcula de acuerdo a niveles de rendimiento urbano, emisión de óxido de nitrógeno y precio de venta del vehículo.

La tesorera general de la República, Ximena Hernández, atribuye la caída en la recaudación "principalmente" a dos factores: "Desde el primer semestre de 2019 vimos una baja importante en la venta de vehículos nuevos, del orden de 10%. Por otra parte, el aumento en el tipo de cambio en la parte final del año - debido entre otros a la coyuntura nacional -encareció los costos de las importaciones y, por ende, generó una contracción promedio de 25% en las ventas de autos en los últimos 3 meses del año".

De hecho, si bien la recaudación cayó en todos los meses exceptuando enero, en el último trimestre la merma se acentuó en medio de los meses más complejos de la crisis social: en octubre, lo ingresado a arcas públicas por impuesto verde cedió 32%, mientras que noviembre la caída fue de 29% y en diciembre de 16%.

En el período, más de 281 mil vehículos pagaron el impuesto, una caída de 11% respecto al ejercicio 2018. A su vez, las unidades exentas del tributo totalizaron más de 81 mil, también contrayéndose un 6% en doce meses.